lunes, 9 de agosto de 2010

Un hombre triste

Un ebrio, gritó:

"Le humillé a la tristeza
en una noche no tan estrellada,
me quizo encadenar otra vez,
pero hoy sobre calles vacías
te vi por última vez
y siguió tras de mi
déjame seguirte a ti
le dije,
y desviarme en el camino.
Lo digo otra vez:
humillé a la tristeza
en una plantación de cadenas
que me atraen con poca fuerza,
golpeando una vez a esa palabra
en líneas disparejas
sigo haciendo eso,
recreando momentos con ganas,
ven y dime si no es así,
historias difíciles de contar,
tendrás que espiar
para encarnarte en mis pasos
y desviarme a un abismo de dolor,
mientras haces pequeños rasguños
en mi piel me mantienes alerta,
pero no llegas al fondo,
hoy no tristeza, hoy no."

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