En falta de tu amistad
y en plena carencia
de calor humano
tomé la iniciativa
de lanzar mis brazos
a las llamas,
con aquello que parece
no tener sentido alguno.
Tu sonrisa desaparecida
me hace viajar
lejos de la razón,
y he decidido
una vez más
abrazar
al amor imaginario,
vivir en silenciosas calles
y aceptar
que no estás más.
Nadie necesita
nuestras carencias,
nadie necesita enterarse
lo que nos hace feliz,
seamos egoístas aveces,
la frialdad es algo
que se suele admirar,
escuchar lo que tanto
NO deseas escuchar,
pero que al mismo
tiempo es un alivio.
Siento mucho
no hacer las cosas
que quisieras que haga,
pero estoy sonriendo
de vez en cuando
y cierta tranquilidad
invade mi alma,
quizá eso podría hacer
que descanses,
en paz.