viernes, 22 de junio de 2012

La pelota que arrojé cuando jugaba en el parque aún no ha tocado el suelo. Dylan Thomas

Los dulces que probé de pequeño aún hacen efecto en mi boca y me transportan a ese pasaje de tranquilidad, aquel en donde los días de sol eran eternos, agitados e hipersensibles para las miradas amargas de personas mayores, a las cuales ni miraba. Geniales eran las fiestas a las cuales me invitaban, llenas de alegría, madres chismosas e insensibles, pero sobre todo super amorosas, que tal contradicción diría yo ahora, pero en esos tiempos era fácil pensar eso (éramos tan sensibles y divertidos). Daré más vuelta a esas tardes de merengue y chocolate, por que quiero seguir recordando esas tardes olvidadas, sumergirme en los recuerdos y pedirle al tiempo que se detenga y al viento que me apague por un momento y retroceder como en un ritual de los cuales me dan mucha curiosidad pero no creo.

To be continued hasta el día que me muera...

Y cuando tenga 50 años escribiré  lo que ahora hago, y como siempre; dejaré inconcluso por que como dice Calderón de la Barca: yo sueño que estoy aquí. Agrego una palabra: Realmente la vida es sueño y los sueños sueños son.

Gracias al curso de diseño publicitario el cual, me incentivó a escribir esto, y aunque mi profesor nunca lo vea, no me importa. besos de ¿?   ..

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