Ella es una centinela tras el,
por nada del mundo lo dejaría partir,
está distante y en contraste de el
que yace sin piel, ella está llena de vida
con el fruto de el en sus entrañas,
balbucea su nombre melancólicamente.
Si, está junto a su cadáver,
eterno para ella
e insignificante para el tiempo,
solo con sus huesos podrá jugar,
como un cachorro que parece inocente.
Después de una noche muy bonita
una noche llena de coros indecentes,
podrá deshacerse de el
y seguir contemplando la belleza
que es desaparecer.
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