Mis ojos los dejé dentro de una caja que perdí apropósito. El viento se llevó mis pestañas y la piel no tuvo más que hacer, se unió. Estoy caminando sin poder reconocer en lo que está bien y mal, pero hay alguien dentro de mi, diciéndome todos los días que debo hacer, planteándome consecuencias desastrosas y consecuencias muy bonitas también, la razón siempre va a ganar me plantea, las idioteces que se cruzan por tu mente son parte de la edad o de traumas no superados, asiento una vez más y me dejo llevar.