Recuerdos que me quitan las ganas de bailar a solas
aquellos que endurecen mi vientre cuando siento mariposas,
y mi mente queriendo reducir líneas
camino de puntitas ante tu mirada misteriosa,
dime de verdad si habité en tu noche estrellada
de miradas encarceladas con avispas acarameladas.
Tan dulces son nuestros momentos y tan amargos los recuerdos,
parecen producto de algo mágico, pero del malo
atravezó todo mi cuerpo y me dejó una herida incurable
de esas que no duelen, pero que pican de vez en cuando
y se tornan molestosas, unas veces tormentosas;
lamentablemente solo ocurre cuando estoy a solas...